Ahora, hemos visto varias imágenes en las noticias que nos hablan de un planeta con enmascarado. Pero al mismo tiempo nos dice que este mal llamado Covid19, fue creado y empacado para dañar al mundo y una gran parte de la humanidad.
Por un lado la indignación e impotencia, se apodera de nosotros y por otro lado nos doblega ante una realidad implacable. Lo real es que ya tocó de cerca. Cada día hay un conocido que se enfrentó a este monstruo y lo venció o terminó vencido.
También hemos asimilado un estilo de vida donde se mantiene cada ser humano muy ocupado realizando su trabajo, siendo tan productivo o más que en tiempos normales pero solo acompañado de sus equipos electrónicos. Inteligencia artificial o técnofilia.
Como le fue con la tormenta de arena. Acaso a todos nos pasarán por el fuego del que habla la Biblia, para ser cambiados. Qué dicen los números y quien decide el que puede salir a la calle la próxima semana.
Ahora,ya usted vio como salió de la cuarentena el paciente Uno. El llegó al país desde Italia, el 22 de Febrero, cuando aquí solo se hablaba de la epidemia de Wuham, en el gigante Asiático, ya estaban enfrentando un virus desconocido y que venía de comer murciélagos, cosa que a ningún dominicano se le ocurre.
Por allá muy lejos, tanto que no nos impidió disfrutar de la navidad y el año nuevo. Aquí peleábamos por un supuesto fraude. La plaza de la bandera se llenó de esperanza y los cacerolazos siguieron aún después de la llegada del italiano, Claudio Pascualini, de 62 años. Dos días después, de su llegada, presentó los síntomas.
Estaba hospedado en un hotel del Este. Las autoridades lo llevaron al hospital Ramón de Lara y se dio a conocer el caso el 1 de Marzo. Salió en victoria y la población asegura que después de esos 53 días de reclusión, el hombre salió más joven y en la línea.
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