José y Lalita fueron baitoeros que representaron siempre al poblado, no era posible visitar a Baitoa sin esa parada obligatoria en su casa, ellos recibían a uno llenos de alegría y atenciones muchas, que triste es ver como vamos perdiendo identidad con la partida irreparable e insustituible de nuestras gentes, aquellos que uno creía eternos.....Desolador es pensar cómo nos estamos quedando solos, cargando en nuestras mentes y nuestros corazones, la nostalgia y melancolía.
Foto cortesía de: Héctor Cepeda